martes, 8 de marzo de 2011

Ariadne auf...

Sigo tu rastro, te persigo
recogiendo el hilo, las pistas
que me acercan a tu persona
recorriendo este laberinto
de dobles juegos y ocultas pasiones.

Voluntariamente me pierdo
entre paredes y recodos
intentando dar solución
a la intriga que más me inquieta:
si esperas que te rescate de Naxos.

Sabes que estoy dispuesto a ello.
Pero aún así dudo que yo
sea el Dionisos que tú quieres.
Quizá creas que confundido
ante una buena amistad vuelvo a estar…

Ni dudo ni quiero cambiarla.
Pero sé que he muerto con cada
disparo de tu grácil párpado,
que en cada baile me he fundido
con el calor que tu presencia
irradia, enorme, pese a ser
tu cuerpo modesto en tamaño.

Te he deseado muchas veces
sigiloso en las despedidas,
imaginativo en tu ausencia.
Quisiera hallarte en la salida.

                                 30- 7 – 2005

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