Mi mente entre ti
y las tensas cuerdas
que nos separan.
Es el susurro de tu voz,
su hiriente intensidad
la que me tiene cautivo
en los bordes de tu boca,
sin poder traspasar
los barrotes que te protegen.
Intento malearlos,
templarlos, dominarlos
para causar un cambio
en tu respuesta .
Quizá oiga la que deseo,
la que ardorosamente
busco, pero eres esquiva
y te mantienes férrea
dificultando mis intenciones.
Sentados te mantengo,
abrazándote, sintiendo
el tacto de tu brillante tez,
golpeando con mi aliento
las sinuosas curvas de tu cuerpo.
Y así día tras día
voy acercándome a ti,
te voy comprendiendo,
escuchándote y compartiendo
contigo mi sentir.
Ojalá pueda llegar
a tu más íntima realidad,
respirar dentro tu vientre
el aroma de tu ser
y juntos fundirnos en arte.
11-11-05
Poema a mi inseparable compañera encordada.
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